Lo que está sucediendo aquí es más grande que solo "agentes de IA en la cadena". Bajo el capó, ETH actúa como oro programable: el colateral neutral que asegura no solo los rollups, sino ahora servicios como EigenAI y EigenCompute que están construidos sobre @eigenlayer. Cuando los validadores vuelven a apostar ETH, no solo están asegurando la producción de bloques de Ethereum, están exportando el consenso de Ethereum para proteger nuevos sistemas. Por eso los agentes construidos aquí "no pueden ser manipulados": heredan las mismas garantías económicas que Ethereum mismo. La otra parte es la gobernanza en los bordes. ETH cubre lo que puede ser completamente formalizado en la cadena (consenso, pruebas, raíces de estado). Pero cuando te mueves a dominios subjetivos —confiar en fuentes de datos, verificar salidas de IA, resolver casos extremos— necesitas una capa diferente. Ahí es donde entra EIGEN: un token de coordinación para la verdad subjetiva, con penalización por bifurcación como mecanismo de aplicación. Así que EigenAI y EigenCompute no son solo "aplicaciones". Son los primeros ejemplos de la pila modular de Ethereum aplicada a la IA: ETH = capital de seguridad anclando la objetividad. EIGEN = capital de gobernanza para la subjetividad. AVSs = los módulos de conexión donde ocurre la innovación. Esto es lo que parece un internet modular: cada componente puede interoperar fielmente, por lo que lo mejor de cada servicio puede ser ensamblado en el sistema óptimo. En esa arquitectura, ETH se destaca como el activo programable más confiable que existe —neutral, seguro y componible— y así se convierte naturalmente en la raíz de confianza que ancla todo lo construido encima.